Las tres enes o Nacionalismo-No-Nacionalista (NNN) existen en tanto únicamente existe un peligro de asimilación. Yo dejaría de ser nacionalista si no advirtiera el empeño de los gobernantes y de una amplia capa de la sociedad civil española en crear una identidad española homogénea (restando) en lugar de adoptar con satisfacción una identidad española heterogénea (sumando).
Justo al minuto siguiente de no tener que defender la diferencia, voy a dejar de ser nacionalista y a confraternizar con los ciudadanos del mundo, mayoritariamente pertenecientes a países sin problemas de identidad. Conste que, cuanto más he viajado, más ganas he sentido de proteger la singularidad; ¿para qué viajar si no existiera?
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 3 de agosto de 2002