El Fandi enfandiló al público. Ya en su primer toro gustó la labor que hizo con el capote, con las banderillas y con la muleta, pues toreó con cadencia en los pases de muleta. Pero el fervor del público llegó al paroxismo en su segundo. Desde las largas cambiadas, pasando por un quite ajustadísimo por lopecinas, para después prender tres pares de banderillas con un portento de facultades, ya la cosa propiciaba al éxito. Y con la muleta superó lo hecho en su primer toro. Para remate instrumentó una serie de naturales buenos y uno de ellos casi casi de excelencia. Mató al toro, y aquello fue el delirio.
Miguel Encabo muleteó con templaza y suavidad, sobre todo a su segundo toro.
Jiménez, mejor en su segundo que en su primero.
San Martín / Encabo, Fandi, Jiménez
Toros de San Martín: manejables, 2º y 5º excelentes. Luis Miguel Encabo: silencio y aplausos. El Fandi: oreja y dos orejas (salió a hombros). César Jiménez: aplausos y oreja. El rejoneador local Igor Etxaniz 'Quintela', vuelta al ruedo. Plaza de toros de Azpeitia. 2 de agosto. 3ª y última de feria. Cerca del lleno.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 3 de agosto de 2002