Los padres de Henry Paul, el conductor del vehículo en el que lady Di y Dodi al Fayed encontraron la muerte hace ahora cinco años, no aceptan el que su hijo estuviera ebrio la noche del accidente. En una entrevista concedida ayer a la BBC, aseguraron que los análisis de sangre examinados no pertenecían a su hijo, sino a otro cadáver, y que pedirán recuperar las pruebas y someterlas a un examen de ADN para aclarar cualquier duda.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 3 de agosto de 2002