La juez titular del juzgado de Instrucción número 6 de Cádiz, Concepción Carrasco, tomó ayer declaración a otros tres testigos relacionados con la muerte de Tamara del Castillo Bonilla, de 19 años. La joven falleció después de recibir dos cortes con un objeto punzante tras una discusión por celos con otra muchacha, María Ángeles Vázquez Serrano, de 21 años, imputada como presunta homicida.
El novio de ésta, objeto de la disputa, declaró que intentó separar a las dos chicas antes del fatal desenlace, según afirmó el abogado defensor, Javier García Marichal. El novio, Joaquín C. B., lo logró unos instantes, pero, en un momento de descuido, ambas chicas volvieron a enzarzarse justo antes de la agresión mortal. Esta versión fue ratificada por el único testigo sin parentesco en el crimen.
La acusada, que sufre un profundo estado de ansiedad, según su letrado, solicitó ayer asistencia psiquiátrica en la prisión Puerto II, en El Puerto de Santa María, donde ingresó el pasado sábado. María Ángeles Vázquez negó en su declaración que recordara que agrediera con un arma blanca a la víctima y que no se dio cuenta de la gravedad de las heridas hasta que vio la sangre de la otra joven. El trágico desenlace ocurrió en el transcurso de una reyerta, que comenzó cuando la acusada censuró a la fallecida por haber mantenido relaciones con su novio la noche anterior.
La hermana de la víctima prestó también declaración. Acudió a los juzgados con unos familiares y su madre, quien responsabilizó al novio de la supuesta agresora de la muerte de Tamara, enterrada el domingo en Chiclana
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 6 de agosto de 2002