El portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi, al igual que los ediles de esa formación en varios municipios y capitales vascas, evitó condenar ayer el atentado de ETA en Santa Pola que costó la vida a dos personas. Definió el atentado como "graves sucesos" con resultados "dolorosos". Siguiendo su línea habitual tras los atentados, dijo que esas muertes "deberían haberse evitado". "Son posibles de evitarse si realmente entre todos somos capaces de racionalizar un conflicto que dura siglos", añadió. Pero ni una palabra de condena.
Con la lección aparentemente bien aprendida de los supuestos en los que el fiscal o el Gobierno pueden instar la ilegalización de un partido, Otegi aseguró que comparecía públicamente en Pamplona no "para justificar, ni para amparar lo ocurrido ayer" -los supuestos de justificación y amparo de acciones terroristas están incluidos en el artículo 9 de la Ley de Partidos para la disolución de una formación política-. Lo hacía, dijo, para "analizar por qué se dan circunstancias" como las del atentado del domingo.
El dirigente aberzale recordó la situación de alto el fuego decretada por ETA entre septiembre de 1998 y diciembre de 1999 para enjuiciar la actitud del presidente del Gobierno central. "El señor Aznar mantuvo una posición conscientemente provocadora y saboteadora del proceso que se iniciaba, y por tanto el señor Aznar es responsable en primera persona también de lo que está ocurriendo en estos momentos y de lo que puede ocurrir en el futuro", dijo.
"Acelerar" el proceso
De las palabras de ayer de Otegi queda claro que Batasuna es consciente de que el Gobierno ha puesto en marcha el reloj de su ilegalización. "No esperamos más que se aceleren los procesos que ya estaban iniciados contra Batasuna", algo que, a su juicio, sólo "conduce a la prolongación del conflicto". Otegi recalcó que Aznar tiene "elementos suficientes en el terreno armado y judicial como para golpear a Batasuna".
El portavoz independentista considera que con sus palabras de ayer Aznar "trata de decir a la opinión pública española que encarcelando a la Mesa Nacional de Batasuna, disolviendo Batasuna se va a solucionar el conflicto (...) Lo grave es que además de alargar el conflicto, no lo va a solucionar".
Hizo un amago de aproximación humana al atentado cuando manifestó que el "conflicto" es "todavía mucho más doloroso cuando entre las víctimas se encuentra una niña de seis años". "La muerte de cualquier niño o niña nos plantea una interrogante profunda en el terreno de la política y de la ética", añadió. Pero inmediatamente borró el lado ético de su explicación para decir genéricamente: "Nuestro compromiso con las soluciones se debe reforzar". Y volvió a arremeter contra Aznar, al que acusó de tirar "más leña al fuego" con su política de "aniquilación de la izquierda aberzale".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 6 de agosto de 2002