Juan Carlos Gallego, hijo de una de las víctimas mortales del atentado, Cecilio Gallego, de 57 años, relató ayer, en declaraciones a Radio Alicante de la Cadena SER, que a su padre le sorprendió la explosión mientras esperaba en la parada del autobús. Juan Carlos, entrenador del equipo absoluto de balonmano de Torrevieja, comentó emocionado que su padre tenía un amigo en Santa Pola a quien, de vez en cuando, iba a visitar en autobús. "Con la mala suerte de que si hay pocas posibilidades, poquísimas, de que te pueda pasar esto, a mi padre le pasó". Cecilio Gallego, nacido en Alcázar de San Juan (Ciudad Real), residía junto a su hijo en Torrevieja, un municipio turístico al sur de la provincia de Alicante, y frecuentaba "a veces en coche, a veces en autobús", Santa Pola. "De la forma más tonta ha muerto", repetía. "Esta gente que no sé en qué está pensando, no sé que ha conseguido con lo que ha hecho". Juan Carlos describió los sentimientos de rabia y de impotencia tras conocer lo ocurrido. "¡La niña y mi padre!, ¿qué tendrán que ver con el problema que puedan tener?; pero ellos [en alusión a los miembros de ETA] seguirán haciendo lo de siempre". "Ahora", prosiguió Juan Carlos, "siento un poco de todo; de rabia, de impotencia...". Juan Carlos Gallego, visiblemente consternado, mostraba su resignación: "Me encuentro bastante mal, pero bueno, las cosas vienen así".
El conjunto de Balonmano Torrevieja, del que es entrenador Juan Carlos Gallego, ha suspendido la concentración que tenía prevista desde ayer y hasta el próximo viernes en la localidad alicantina de Xorret del Catí, por la muerte de su padre. La plantilla, el equipo técnico y los aficionados se sumaron a la concentración convocada ante las puertas del consistorio de Santa Pola en repulsa contra el atentado de ETA.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 6 de agosto de 2002