Ricardo Sanz (San Sebastián, 1957) retrató hace seis años al Príncipe de Asturias y hace unos meses regresó a la Zarzuela para reproducir en un lienzo la imagen de su madre la Reina que hoy decora su nueva residencia. Pero el retrato no es el único campo en que se siente cómodo. Sanz, licenciado en Historia, desarrolla su investigación pictórica de luz y colores en paisajes, figuras y composiciones figurativas, que recientemente expuso en San Sebastián.
Pregunta. ¿Haber retratado al Príncipe y a la Reina le ha abierto puertas?
Respuesta. Me ha dado prestigio, pero mi pintura ya estaba antes muy cotizada.
P. ¿Pintar por encargo no limita su creatividad artística?
R. La economía te da libertad para luego pintar lo que quieres. En realidad, estoy en la vanguardia, voy contracorriente.
P. ¿Le preocupa que le consideren un pintor convencional o conservador por centrar su actividad en retratos y paisajes?
R. Socialmente por lo menos soy una persona progresista. Creo que la sensibilidad y el gusto por el arte no tienen nada que ver con el progresismo o el conservadurismo.
P. ¿Pero siente que camina contracorriente ahora que la pintura va preferentemente hacia la abstracción?
R. Es más fácil ir hacia la abstracción. Estás años estudiando anatomía, dibujo, color... No diré que todo lo abstracto sea malo, pero la gente no distingue el buen del mal abstracto. En lo mío, en cambio, enseguida te juzgan. En todo caso, me da lo mismo, es lo que quiero hacer.
P. ¿Cómo se definiría?
R. No me gusta incluirme en ningún ismo, pero para que la gente lo entienda, estoy más cercano al impresionismo.
P. ¿Qué busca con su obra?
R. La belleza.
P. ¿El arte por el arte? ¿La pura estética?
R. Creo que ésa es la función del arte al margen de que otros artistas no lo entiendan así.
P. Otros sellan su compromiso en los lienzos, hacen del arte el vehículo de mensajes...
R. Eso se puede hacer con la literatura, ¿pero con la pintura? En todo caso, si fuese escritor sería también más bien estético, más Baudelaire, Rubén Darío.
P. ¿Hacia dónde está evolucionando?
R. Recuerdo que hace años estuve muy influido por la atmósfera de San Sebastián. Los tonos grises dominaban mi pintura. Pero poco a poco fui hacia la luz. He evolucionado, sobre todo, en el tema del color.
P. ¿Se fue a Madrid por motivos profesionales?
R. San Sebastián es una ciudad pequeña y si quieres hacer algo en el mundo del arte tienes que marcharte. Además, un pintor, un artista en general, no deja de aprender y de alimentarse. Ver espectáculos en Madrid, por ejemplo, alimenta la imaginación.
P. ¿Cómo ve el panorama artístico?
R. Cada vez hay menos caldo de cultivo en nuestra sociedad para el arte, cada vez interesa menos. El fútbol es lo que prima y, luego, la superficialidad, cuestiones como la prensa rosa. Quizá hoy haya menos analfabetos, la cultura llega a más gente, pero pienso que el nivel ha bajado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 6 de agosto de 2002