'El derecho de una mujer a abortar no puede ser vetado por un esposo o compañero', aseguró ayer Michael Conahan, un juez de Pensilvania (EE UU) al anular una orden que él mismo había dictado la pasada semana en la que prohibió abortar a una joven porque su ex novio se opone a que lo haga. Su primera decisión representaba un desafío a las leyes vigentes en EEUU, ratificadas por el Tribunal Supremo que ha dictaminado en varias ocasiones que una mujer adulta tiene derecho a abortar en las primeras 24 semanas de embarazo.
Tras provocar la ira de las organizaciones en defensa de los derechos femeninos y recibir una avalancha de protestas, Conahan dictaminó ayer: 'Ni un ex novio ni un feto pueden interferir con la decisión de una mujer de interrumpir su embarazo'.
Tanya Meyers, de 23 años, lleva 10 semanas de embarazo y tenía previsto abortar la semana pasada, pero John Stachokus, su ex novio, pidió al juez que se lo impidiera. Stachokus, de 27 años, entabló una demanda civil para reivindicar el derecho de que su opinión cuente por ser el padre de la criatura. El juez ayer también anunció haber desestimado la demanda de Stachokus. Se prevé que la suya no será la última palabra en el caso ya que los abogados del joven han anunciado que recurrirán el fallo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 6 de agosto de 2002