Soy un demócrata convencido y no estoy afiliado a ningún partido político. Partidario de la ilegalización de Batasuna por considerar que se trata de una formación cómplice de ETA. La ley de partidos, en mi modesto entender, sale coja, le falta añadir 'no condenar todo tipo de acciones violentas'. Toda formación política tiene el deber de condenar sin paliativos sucesos como el ocurrido en Santa Pola. En caso de no hacerlo, debe ser fulminantemente ilegalizada.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 9 de agosto de 2002