El escultor Jorge Oteiza escuchó ayer música en directo a la puerta de su casa en Zarautz. La ONG Músicos Sin Fronteras y la Banda Sinfónica de Lliria (Valencia) acudieron a su domicilio para regalarle varias piezas musicales y agradecerle así 'su generosa colaboración' con la campaña El roble y el ombú, que la asociación desarrolla para ayudar al pueblo argentino. Oteiza, de 93 años, estaba realizando un logotipo para Músicos Sin Fronteras cuando sufrió una caída en la que se rompió la cadera.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 10 de agosto de 2002