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Crítica:AL VOLANTE | PRUEBA

Sólido y seguro

La calidad de conducción y la solidez son las asignaturas pendientes de muchos descapotables, pero el A4 Cabrio las aprueba con nota, lo que demuestra un diseño y fabricación bien resueltos. Y su habitabilidad le permite cumplir como coche único si se aceptan las limitaciones de una carrocería tres puertas y una visibilidad trasera justa al maniobrar.

Robusto, pero más pesado

Los refuerzos estructurales para mantener la rigidez del chasis cuando se elimina el techo y otros elementos de los cabrio (mecanismos de la capota...) aumentan el peso. Pero el resultado en el A4 es bueno porque ofrece una solidez superior a la de otros rivales y comparable a la de una berlina equivalente.

El A4 Cabrio no emite chirridos en los baches, tiene aplomo en autopista y da siempre sensación de robustez. Pero, sobre todo, tiene una capota de lona de gran calidad que, junto a la insonorización, aísla el interior y permite viajar casi con el confort de un coche cerrado. Además ofrece una estabilidad conseguida y sorprende en los trazados más virados porque obedece con fidelidad en los cambios de dirección, balancea poco sin acusar apenas las inercias y tiene unas reacciones nobles.

Este comportamiento eficaz se completa con ayudas electrónicas como el control de estabilidad ESP, y permite conducir relajadamente con gran seguridad. Los frenos y el ABS son también buenos, pero las suspensiones tienen un confort mejorable: resultan algo secas en las ondulaciones de las autovías y cansan en viajes largos.

Prestaciones suficientes

El A4 Cabrio más asequible monta el motor 2.4 V6 gasolina de 170 CV. Ofrece unas prestaciones correctas y llanea muy bien una vez lanzado, pero le falta nervio por debajo de 3.000 vueltas y es perezoso al acelerar. Después responde con finura, no da sensación de ir forzado y se estira hasta 6.400 revoluciones. Sin embargo, los consumos son altos y variables: a ritmos suaves cuesta bajar de 10 litros, y sube a 13-15 en ciudad o cuando se estiran las marchas.

La falta de elasticidad a bajo régimen se acusa un poco en ciudad y más en las subidas y al adelantar, sobre todo con el cambio Multitronic (automático-secuencial) de la unidad de pruebas (2.100 euros). A pesar de todo, es una opción interesante porque combina las ventajas de las cajas manuales y las automáticas, y aporta una gran suavidad y comodidad. Se puede pedir con accionamiento en el volante (260 euros).

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 10 de agosto de 2002