Hierática, la Barcelona privada de la zona alta se diría que cambia poco. No es cierto. Las viejas torretes de Sarrià-Sant Gervasi, otrora lugares privilegiados de veraneo, van cayendo como hojas de otoño, mientras nuevos edificios, como L'Illa del arquitecto Rafael Moneo, reverdecen la nueva ciudad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 11 de agosto de 2002