El obispo de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi, ha instado a sus fieles, a través de un mensaje pastoral divulgado por sus diocésis y que será pronunciado en las oficios religiosos de hoy, a boicotear la proyección de la película El crimen del padre Amaro o, al menos, a abstenerse de verla. La cinta narra la turbulenta existencia de un párroco que mantuvo contactos con bandas de narcotraficantes. El prelado de San Cristóbal de las Casas considera la película como un elemento que 'desprestigia, a través de vientos contrarios, a la institución de la Iglesia católica'.
Arizmendi ha lamentado que la película haya sido financiada con fondos públicos, provenientes de los impuestos de los contribuyentes. 'Este dinero viene de los bolsillos de un pueblo mayoritariamente católico. Al permitir este tipo de cintas obscenas y violentas, se violan las leyes civiles que nos rigen', puntualizó.
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El protagonista de Amores perros, que encarna en la cinta al padre Amaro, no sólo tendrá que enfrentarse a la oposición de un importante miembro de la jerarquía católica de su país, sino también al grupo antiabortista Pro Vida, que ha iniciado una campaña pacífica pidiendo a los creyentes que no acudan al cine, que recen como acto de desagravio. Pro Vida ha pedido la dimisión de los funcionaros que autorizaron la exhibición de la película.
El crimen del padre Amaro, que ha sido dirigida por el realizador Carlos Carrera, se estrena en las salas mexicanas el próximo 16 de agosto.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 11 de agosto de 2002