La compañía aérea estadounidense US Airways, la séptima del país, anunció ayer la presentación de la suspensión de pagos para poder hacer un profunda reestructurarse y volver a tener ganancias lo más pronto posible. La aerolínea se acogió al capítulo 11 de la Ley de Quiebras estadounidense, que la resguarda de las demandas de los acreedores y le da una nueva oportunidad para salir a flote.
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La empresa achacó el grueso de sus pérdidas a los efectos negativos sobre el sector aéreo que tuvieron los atentados terroristas del pasado 11 de septiembre. US Airways es hasta el momento la única de las grandes aerolíneas que ha suspendido pagos tras los ataques y a pesar de que la Administración Bush dio ayudas públicas al sector por valor de 11.000 millones a finales de 2001.
"US Airways continuará operando mientras completamos nuestra reestructuración financiera y nuestros clientes deben confiar en que mantendremos el servicio a las más de 200 comunidades de nuestra de red", dijo ayer en un comunicado el consejero delegado de la empresa, David Siegel. La compañía hizo el anuncio después de presentar su petición a la Corte de Bancarrotas de EE UU, en Alexandria, Virginia.
La empresa perdió 2.100 millones de dólares durante 2001 y 570 millones en el primer semestre de este año a pesar de haber puesto en marcha una reestructuración con la que redujo costes por 1.300 millones. En su solicitud de suspensión de pagos la línea aérea presentó unos activos por valor de 7.800 millones de dólares y unas deudas de 7.830 millones.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 12 de agosto de 2002