Casi tan tradicional como la misma fiesta mayor de Gràcia, la lluvia se presentó ayer en el primer día en que los barceloneses pueden visitar las calles engalanadas. El agua, que se acompañó de granizo, causó algunos desperfectos, sobre todo en el tramo medio de la calle de Verdi y en el superior de Joan Blanques. No obstante, el programa, dedicado en la jornada de ayer a la cultura popular, siguió su curso con normalidad y los vecinos se apresuraron en restablecer los decorados. El crítico de arte y comisario del Año Gaudí, el graciense Daniel Giralt-Miracle, recorrió las calles en busca del detalle y el recuerdo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 16 de agosto de 2002