Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra

Irak trata de imponer nuevas condiciones al regreso de los inspectores de armas

Bagdad / Washington

El Gobierno de Irak puso ayer nuevas condiciones y pidió más conversaciones con Naciones Unidas antes de permitir el regreso de los inspectores de armas. En una carta enviada al secretario general de la ONU, Kofi Annan, el ministro iraquí de Exteriores, Naji Sabri, exige que se ponga una fecha para poner fin a las sanciones impuestas tras la Guerra del Golfo y que cesen las amenazas y los ataques aéreos por parte de EE UU y el Reino Unido.

"La insistencia del Consejo de Seguridad de la ONU, bajo presión de EE UU, en un solo elemento como es la inspección y observación de armas prohibidas en Irak, olvidando su relación con otras resoluciones del Consejo de Seguridad relativas a Irak, no dará ningún resultado concreto", destacó Sabri en la carta. La misiva es respuesta a una similar de Annan en la que este instaba a Bagdad a que permitiese el retorno de los inspectores como condición para aceptar la invitación de Irak al director del programa de inspección de armamentos de la ONU, Hans Blix, y a su grupo de especialistas para iniciar discusiones técnicas respecto al proceso de desarme.

Resolución 1284

Annan contestó entonces a la invitación pidiendo a Bagdad que aceptase el proceso establecido en la resolución 1284, aprobada por el Consejo de Seguridad en 1999, sin condiciones de ningún tipo. Esta resolución describe el procedimiento para las inspecciones de desarme, cuyo primer paso sería que Irak aceptase el reingreso de los inspectores.

Una vez que se cuente con ese compromiso de Bagdad, el equipo de Blix llevaría a cabo una inspección sobre el terreno por un período máximo de 60 días y luego informaría sobre sus conclusiones al Consejo de Seguridad para elaborar un plan de trabajo de los inspectores. Una portavoz de la ONU afirmó que Annan se encuentra de vacaciones y que, por tanto, no se debe esperar por el momento una respuesta suya a esta segunda misiva del régimen de Sadam Husein.

Por su parte, el presidente de EE UU, George W. Bush, declaró ayer que su decisión respecto a un posible ataque contra Bagdad será adoptada sobre la base de los nuevos informes que faciliten los servicios de espionaje respecto a las actividades de Irak.

Influyentes republicanos, incluido el ex consejero de Seguridad Nacional Brent Scowcroft, han señalado que Bush no ha conseguido justificar con solidez un posible ataque contra Irak y que una acción militar podría avivar la guerra antiterrorista y desestabilizar aún más Oriente Próximo. Israel presionó ayer a EE UU para que ataque Irak lo antes posible, a través de mensajes emitidos en diferentes medios de comunicación por el primer ministro, Ariel Sharon, y su titular de Asuntos Exteriores, Simón Peres.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 17 de agosto de 2002