Quiero denunciar el pésimo servicio que en el año 2002 continúa ofreciendo la compañía Iberdrola en la sierra de Madrid. Hace no mucho, desde la Administración regional se aseguró que la compañía estaba realizando un importante esfuerzo para modernizar la infraestructura en la zona. La realidad es muy distinta. Remito estas líneas como empresario que se ve constantemente perjudicado por el deficiente servicio de esa compañía en la que todo son palabras pero hechos ninguno. Ni siquiera tienen la decencia de cumplir su compromiso de pagar las averías que puedan provocar en los electrodomésticos sus continuos cortes de luz. Ésta es la gran mentira de una empresa que disfruta del monopolio para seguir campando a sus anchas a costa de perjudicar a los usuarios. Al menos que yo sepa, no tenemos la oportunidad de elegir algo mejor en los tiempos que corren.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 17 de agosto de 2002