El tiempo, a falta de buen juego, sigue siendo el gran protagonista del torneo de la PGA. Una tormenta, como en la primera jornada, obligó el viernes a que los jugadores recogieran sus palos y volviesen al hotel antes de tiempo. Un buen número de jugadores no pudieron terminar su recorrido. Después del jueves y el viernes, los españoles Sergio García y José María Olazábal superaron por un solo golpe el corte, ya que ambos terminaron con +4. Al cierre de esta edición ninguno de los jugadores de cabeza habían terminado el recorrido.
Con todo ello, el torneo está marcado fundamentalmente por los constantes cambios climatológicos. Jugadores que no entraban en los pronósticos como favoritos firmaron unas buenas tarjetas el viernes por haber jugado en el horario matutino, mientras que aquellos que salieron más tarde tuvieron que enfrentarse más que con el campo con la lluvia.
Mandan en la clasificación después de las dos primeras mangas Justin Leonard (-8) y Rich Beem (-7), ambos en el hoyo 15 al cierre de esta edición. Los siguen de cerca Mark Calcavechia y Fred Funk, así como el casi siempre eficaz surafricano Retief Goosen.
Sin embargo, y a expensas de lo que dicte la climatología, verdadera juez del torneo, el gran favorito y número uno del mundo Tiger Woods permanece atento en la séptima plaza, a tan sólo dos golpes de los líderes. Le está fallando el put pero se está manejando con solvencia, no como sucediera en el Open Británico de hace un mes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 18 de agosto de 2002