El desfile de la gigantesca ballena hinchable volvió ayer por segundo año consecutivo a las calles de Bilbao en la Aste Nagusia, organizado por la Fundación Bilbao 700. Los asistentes, en su mayoría niños, pudieron dar la vuelta al mundo que propone el cetáceo sin necesidad de cruzar los mares. El viaje de la ballena se hizo a través de la música, el teatro de calle y los bailes de los grupos de distintos países, desde africanos a escoceses, que participaron en la marcha en hermanamiento de distintas culturas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 19 de agosto de 2002