El debut supo a muy poco. El homenaje a Puskas, tan celebrado por la ruidosa afición magiar, merecía más. España obtuvo un discreto empate ante Hungría en el estreno como seleccionador de Iñaki Sáez, a quien apenas queda tiempo para diseñar su equipo. Las pruebas se acaban porque el 7 de septiembre aguarda en Atenas el combinado griego, en el primer partido de clasificación para la Eurocopa de Portugal, en 2004.
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"A mí me ha gustado el ensayo", enfatizó Sáez. "Lo más importante era el homenaje a Puskas y preparar el partido del Europeo". El seleccionador vio casi dos partidos en uno: una primera parte muy académica de España, aunque sin aprovechar las ocasiones de gol -"Ellos, por contra, llegaron sólo dos veces a puerta y a balón parado", dijo- y una segunda más vistosa, que quedó quebrada por un contratiempo físico. "La primera parte no dejamos a Hungría llegar al centro del campo, pero en la segunda, aunque jugamos alegres y marcamos el gol, les dejamos crecer mucho. Tuvimos problemas con el pivote defensivo: Pablo Orbáiz sufrió molestias y Marchena una contusión", reveló. El puesto lo acabó ocupando al final Sergio, un jugador con vocación ofensiva. Y luego Sáez aclaró por qué no jugaron juntos Rául y Valerón, cuya alineación conjunta él mismo definió anteayer casi de "problema algebraico". "En la primera mitad", explicó, " quería a un equipo más fuerte, que desgastara a Hungria y en la segunda, desequilibrar, decidir".
Los jugadores no ocultaron cierto desencanto por el empate pero pidieron paciencia. "Fue una lástima no ganar. Pero hay que ir poco a poco. Hay un seleccionador nuevo y un grupo nuevo con una mezcla de veteranos y jóvenes", dijo Raúl Tamudo, el autor del gol, que jugó ayer su tercer partido como internacional. "¿El gol? Joaquín me ha puesto muy bien el balón: sólo tuve que empujarlo a la red". Joaquín, que llenó de chispa el partido, admitió sentir una ligera "tristeza" por el empate pero apuntó: "Esto es un ciclo nuevo y he intentado dar lo que llevamos dentro". Vicente hizo una lectura pragmática: "Se ha notado que teníamos menos rodaje que ellos. Estamos empezando y lo importante es que no hemos hecho un mal partido".
Imre Gellei, seleccionador húngaro, se mostró sincero: "Antes de jugar estaba claro que no iba a ser fácil ganar. Se quería honrar a Ferenc Puskas y ha sido muy difícil intentar hacer un fútbol lo más cercano posible a cómo lo hacía él", señaló.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 22 de agosto de 2002