España aprendió la última lección antes de viajar a Indianapolis a disputar el Mundial. Aprendió que también se puede perder. Después de la magnífica racha de cuatro partidos ganados consecutivamente, el último, salió cruz. Australia impuso su impecable porcentaje desde la línea de tres y una muy buena defensa para ganar el partido en el último minuto del último cuarto. También contribuyó a su victoria el que Nacho Rodríguez, el único base con experiencia del equipo tras la lesión de Raúl López, se equivocase al lanzar un triple a falta de 50 segundos que apenas rozó el aro.
ESPAÑA 83 - AUSTRALIA 89
España: Rodríguez (11), Navarro (4), Jiménez (2), Garbajosa (8) y A. Reyes (15) -cinco inicial-; Junyent (4), Marco, F. Reyes (15), L. Angulo (5), Paraíso (15) y Calderón (4).
Australia: Maher (24), Saville, Ronaldson (16), Rillie (16) y Anstey (20) -cinco inicial-; Dmric (6), Helywell, Bruton (7) y Nielsen.
Árbitros: Fajardo -que dirigía su último partido- y Betancor. Sin eliminados.
Parciales: 27-23, 17-24; 22-13 y 17-29. Final del Memorial Díaz Miguel. Pabellón Vicente Trueba de Torrelavega. 4.500 espectadores.
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Pero ya desde el primer cuarto, el partido mostró algunos aspectos novedosos con respecto a lo habitual en la selección de Imbroda. Por ejemplo, que el equipo recibiese dos parciales pésimos de 11-0 y 12-0 prácticamente consecutivos. Una rareza en un conjunto que ha hecho de la fortaleza defensiva y de la autoconfianza la base de sus éxitos.
Desde entonces, la selección se movió a rebufo de los australianos. Siempre por debajo, muy poco por debajo, pero siempre detrás en el marcador. Hasta el tercer cuarto. Entonces apareció la muñeca de Paraíso. Dos triples consecutivos y España volvió a mandar. Hasta por ocho puntos de diferencia en el cuarto final. Pero entonces el equipo volvió a irse del partido, a escaparse muy lejos de la cancha. Para cuando quiso aterrizar de nuevo, los australianos ya se habían marchado por cuatro puntos y el regreso era imposible. Sin embargo, España perdió su primer partido de preparación, pero no las constantes vitales que la definen como un equipo ganador.
Ahora, se tratará cada vez más de olvidar la irremediable baja de Raúl López, sobre el que los Jazz de Utah confirmaron ayer en declaraciones de su vicepresidente Kevin O'Connor a Efe, que necesitan efectuarle una artroscopia para conocer el alcance real de su lesión.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 22 de agosto de 2002