Desde ayer sólo 30 de las 89 calles y plazas del casco histórico de Alcalá están abiertas sin restricciones al tráfico. Por 41 de ellas sólo pueden circular vehículos de residentes y de carga y descarga, 16 han quedado reservadas para el uso exclusivo de peatones y seis serán de acceso libre sólo los días laborables. El Ayuntamiento (gobernado por PSOE e IU) puso ayer en marcha, en periodo de prueba, el denominado Plan de Restricción del Tráfico del casco histórico, que durará hasta el 1 de septiembre, cerrando a los coches 9 de las 12 'puertas' instaladas en los accesos al centro. El alcalde, Manuel Peinado (PSOE), afirmó que, tras un paréntesis para hacer los ajustes pertinentes y que todos los residentes en la zona recojan sus 'llaves' -tarjetas magnéticas que activan los bolardos de las 12 puertas-, el plan entrará definitivamente en funcionamiento el 22 de septiembre, el Día Internacional sin Coches.
Las puertas de acceso cuentan con un interfono y una cámara de vídeo conectados a la Policía Local, que puede activar los bolardos desde el cuartel. Las puertas han ido entrando en funcionamiento por fases durante el verano.
El PP asegura que el Ayuntamiento debería haber negociado previamente el plan con los residentes y comerciantes de la zona y creado aparcamientos alternativos. Peinado replica que los residentes tendrán ahora más sitio para aparcar, puesto que serán los únicos que podrán hacerlo dentro del casco, y que para el resto de ciudadanos se han abierto dos nuevos estacionamientos, uno de pago con 350 plazas, en el Campo de la Paloma, y otro gratuito de 250 plazas en el Pico del Obispo, junto a la Puerta de Madrid.
Pero el segundo se mantendrá cerrado durante el periodo de pruebas, porque es el escenario de los conciertos de las fiestas de la ciudad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 23 de agosto de 2002