Todo fluye, como el agua. El Besòs congregaba en sus márgenes a gente que luchaba duramente por subsistir. Hoy se reforma para proporcionar a los ciudadanos una vida más digna, en barrios como La Mina, y espacios de ocio como el puerto de Sant Adrià (en la foto inferior).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 24 de agosto de 2002