Ronaldo dice que se entrenará hoy en la Pinetina. Vuelve a Milán, al Inter. La negociación entre Jorge Valdano y el consejero delegado del club italiano, Massimo Moretti, para concretar el traspaso del goleador brasileño al Madrid se rompió en diez minutos, según fuentes madridistas, y en tres, según el Inter. Fue una conversación telefónica efímera, ayer por la mañana. Valdano en el Bernabéu y Moretti en Milán. El Madrid subió su oferta a 15 millones de euros en efectivo y dos futbolistas. Moretti replicó que no escuchaba más. El Inter se hizo fuerte estableciendo un precio de 80 millones de euros, una cifra sideral para las pretensiones madridistas. Ante semejante barrera, Valdano consideró que no había una voluntad real de vender por parte del Inter. Ambos representantes conversaron un poco más y colgaron sus teléfonos. Al rato volvieron a llamarse en términos cordiales. Fue el broche diplomático a una negociación que, de hecho, nunca existió.
Ayer, Moretti llamó a Valdano con un retraso considerable respecto a la hora acordada el jueves: las diez de la mañana. Mala señal. La postura del Inter había cambiado radicalmente. No era el agradable Moratti el que hablaba, recostado en su velero mecido por las olas del Mediterráneo. Era el duro Moretti desde un despacho milanés. No era un mero futbolista lo que estaba en juego para el Inter. Se trataba de defender una política de club. El Inter no podía permitir que la estrategia de la sociedad se rigiera según las pretensiones de una estrella -Ronaldo- y sus controvertidos representantes, Martins y Pitta.
Mercado deprimido
El Madrid considera que en el deprimido mercado actual pagar 80 millones de euros por un futbolista es un disparate. Equivaldría, según fuentes del club, a haber comprado a Zidane "por 25.000 millones de pesetas el año pasado [150 millones de euros]", cuando la cantidad pagada por el francés al Juventus fue de 13.000 millones de pesetas (78 millones de euros). En tiempos de recesión como los de hoy el Madrid se ha propuesto cuadrar el presupuesto con medidas "responsables". Gastar 80 millones de euros no encaja en esa política.
El escenario balear, los dos yates encontrándose en aguas de Formentera, Florentino Pérez y Massimo Moratti, el constructor y el petrolero... Aquél escenario ideal para las negociaciones se había esfumado ayer. Tras la reunión náutica que mantuvieron el jueves el presidente del Madrid y el del Inter, había esperanzas de que un acuerdo sería factible. Todo hacía suponer que Ronaldo se había acercado a Madrid. En el Inter, según las fuentes consultadas, la percepción era similar. Consideraron que el Madrid subiría su oferta, en vista de la buena predisposición mostrada por Pérez.
Tanto Moratti como Pérez pensaron por un momento que estaban a punto de cerrar el negocio de sus vidas. El italiano, de desprenderse de un futbolista conflictivo a un precio que haría historia. El español, de conseguir al máximo goleador del Mundial casi sin pagar y soltar de paso el lastre que suponen hombres como Munitis o Flavio en su presupuesto. Todo de una tacada.
Moretti le manifestó ayer a Valdano el interés de Cúper en contratar a Morientes y Solari -el Inter tasó a Solari en 15 millones de euros-. Pero no eran exactamente esos jugadores los que el Madrid pensaba utilizar en la transacción. Y mucho menos Solari. El argentino es el único interior zurdo de la plantilla. Un futbolista en plenitud, versátil, capaz de permanecer en el banquillo sin protestar su condición de suplente y rendir al máximo cada vez que juega. "Es muy útil para el equipo", dijo Valdano el jueves, en la SER.
Ninguna de las propuestas de Moretti satisfacían a Valdano. Y viceversa. Sea porque es más fácil hablar sobre un yate, en persona, que por teléfono, en un despacho; sea porque ni Valdano ni Moretti tienen la independencia de Pérez y Moratti, lo cierto es que las negativas se sucedieron a ritmo desasosegante en la conversación de ayer. Moretti también propuso una cesión de Ronaldo por un año. Pero esta cesión resultaba tan gravosa para el Madrid como comprar al jugador. Sobre todo porque tras ese año, el Inter exigiría el pago de los 80 millones de euros por el traspaso.
Las conversaciones entre el director general del Madrid y Moretti fueron amistosas, más allá de las divergencias. El tema de la contratación de un seguro que cubriera las rodillas de Ronaldo, muy dañadas en los últimos años, también estuvo latente. La llamada telefónica concluyó en el mismo punto donde toda esta historia había comenzado. El 2 de agosto pasado, después de que el representante de Ronaldo Alexander Martins ofreciera al jugador al Madrid, Valdano dijo que el delantero no era "un objetivo estratégico". Según fuentes del club, el Madrid sólo habría fichado al futbolista porque se trata de un gran jugador y porque de esa manera resolvería un problema al Inter. Al Madrid no le interesa que el Inter haga un negocio a su costa.
Pero el de ayer fue sólo un desencuentro. El futuro de Ronaldo sigue envuelto en brumas. Depende sobre todo de la voluntad de Pérez y Moratti, que siguen de vacaciones, navegando en sus yates en aguas del archipiélago balear. Tras su encuentro del jueves los directivos quedaron en juntarse a cenar, con sus familias.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 24 de agosto de 2002