La menor afluencia de alemanes a España ha dañado considerablemente los datos del turismo. Las visitas de alemanes, que junto con los ciudadanos del Reino Unido acaparan casi el 56% de todas las pernoctaciones, han descendido un espectacular 19,9% en el último año, según las cifras publicadas ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Porcentualmente, este descenso ha afectado más a Baleares, destino tradicional de los turistas germanos.
Para los alemanes, inmersos en una fuerte crisis económica, prácticamente todos los países mediterráneos este verano resultan más económicos que los clásicos destinos de Baleares y Canarias. Según datos facilitados por una agencia de viajes en Berlín y los dos grandes turoperadores del país (Thomas Cook y TUI), una semana de vacaciones en un hotel de cuatro estrellas, con desayuno y una comida, incluido el vuelo, cuesta en torno a 560 euros en Bulgaria, 640 euros en Egipto y Turquía, 680 euros en Grecia y 790 euros en Croacia. En España, por el contrario, ronda los 800 euros.
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Como demuestra una infinidad de ofertas de última hora en Internet, también en España, desde luego, se encuentran tarifas más económicas. Lo que sucede, sin embargo, es que hay también otros factores en juego: los demás gastos en los que pueda incurrir el viajero (también considerablemente más altos en España que en países como Bulgaria y Croacia), la calidad de las instalaciones turísticas (de más reciente construcción en Turquía) y la percepción general de si el turista es bienvenido, o no, en el destino, un factor que en España se ha deteriorado en los últimos años.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 24 de agosto de 2002