He leído la carta (21-08) En el nombre de Euskadi de Nerea Alzola, cuyo apellido se parece al mío, y me ha llamado mucho la atención su lógica, o su falta de lógica.
Le achaca a Xabier Arzalluz que hable en nombre del pueblo vasco, pero en un párrafo dice: 'por suerte para todos los vascos (...)'. ¿Cómo sabe que todos los vascos 'formamos parte, integramos, compartimos, la plural y democrática nación española'? A mí usted no me ha preguntado. ¡Vaya lógica! Si lo hubiera hecho, la habría contestado que yo también soy vasco, aunque no bilbaíno de pro. Pero he vivido en Bilbao desde los 8 años hasta que terminé mis estudio, a los 24 años. Y he vivido en Bilbao porque fui víctima del terror franquista.
Me siento y soy víctima, y tal vez por eso comprendo el dolor de las víctimas actuales y me duele que sufran, y no deseo que nadie sufra por pensar o actuar de distinta forma. Pero no olvide que hay muchas víctimas a quienes no se les ha pedido perdón. Mis padres y los ocho hermanos tuvimos que salir de nuestro pueblo, dejando todo: la casa, los enseres, el pequeño negocio, por pensar de distinta forma. Ya sé que dirá, como otros muchos, que eso es tiempo pasado. Y ¿quién es el que delimita el tiempo pasado y el presente? ¿Cuándo termina el pasado y comienza el presente, cuando a mí me interesa y me conviene?
Dice usted que cree que 'la nación española' no impone nada al pueblo vasco. Está muy equivocada. Cuando yo llegué a Bilbao, a mí se me negó vivir mi propio ser; dejé parte de mi ser porque en la escuela, en la calle, en la iglesia, no podía hablar ni conocer mi lengua nativa. He sido analfabeto en mi propia lengua gracias a los que mandaban 'en nombre de la nación española'. Soy en mi lengua materna -que no la olvidé porque en mi casa no mandaba la nación española y hablábamos en euskera- autodidacta. Está uted equivocada. Por lo menos, en mi caso y en el de mi familia.
Por favor déjele en paz a Xavier Arzalluz, porque, aunque a usted y a otros les parezca lo contrario, es una mente privilegiada para otros muchos. Y no hable en nombre de todos los vascos, porque no cuenta conmigo ni con mi familia, que somos vascos de pro.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 24 de agosto de 2002