El curso, pronto empieza, y se presume caliente. Causa: Ley de Calidad de la Enseñanza. Los estudiantes y los sindicatos han prometido movilizaciones en su contra. Motivos: en la enseñanza pública, por desgracia, no faltan. Los recursos dicen que han subido, pero ¿a dónde han ido? A los centros públicos desde luego que no. Han ido y se están destinando fundamentalmente a los centros privados. Para que en un centro público se consiga solucionar alguno de esos problemas que claman al cielo (barracones, inaccesibilidad para minusválidos...) es necesario un grupo de presión y tras un largo proceso, quemaditos ya los ánimos, se inicia una campaña ruidosa y molesta. El problema tendrá más visos de solucionarse si están cerca las elecciones.
Hay una pintada en un muro de camino a la playa del Saladar que dice: Tu resignación es un suicidio cotidiano. Da que pensar. ¿Te vas a conformar?, si es así, la ley se aprobará y los centros privados estarán cada vez más subvencionados, los alumnos y profesores con minusvalías seguirán sorteando barreras, habrá más barracones... El PP tiene de su parte a los que pasan, a los que no se enteran, a la enseñanza privada concertada, pero lo peor es que también cuenta con los que se resignan.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 25 de agosto de 2002