Una manifestación integrada por decenas de miles de seguidores del presidente venezolano, Hugo Chávez, recorrió anoche la capital venezolana para rechazar el fallo del Tribunal Supremo que eximió la semana pasada de ser juzgados a cuatro altos jefes militares involucrados en el golpe de Estado del pasado 11 de abril. Los chavistas iniciaron su marcha en el populoso barrio de Petare, al este de Caracas, con dirección a la sede de la Asamblea Nacional (AN) para entregar un documento en el que exigen al Legislativo que investigue al Poder Judicial.
El propio Chávez se sumó al cortejo y tenía previsto dirigirse a los manifestantes al final de la marcha. En declaraciones a la prensa a su llegada a la concentración, el presidente venezolano criticó a la oposición por carecer de una "propuesta alternativa y seria" para presentar al país y la acusó de dedicarse a "bombardear" su Gobierno. "No tienen liderazgo, no tienen proyecto, no tienen moral. Lamentablemente, no tenemos una oposición seria", declaró Chávez.
El Presidente afirmó que uno de los mayores deseos de su Gobierno es tener una "oposición que aporte críticas constructivas al país". "Una oposición democrática", agregó Chávez, al insistir en que sus adversarios planificaron el golpe de Estado que el 11 de abril lo desalojó del poder durante 48 horas e instaló un fugaz Gobierno transitorio de 22 horas.
Chávez reiteró que la decisión del Supremo resulta una "aberración jurídica" e insistió en que tiene información de que algunos de los magistrados del máximo tribunal fueron "chantajeados o se vendieron" para fallar a favor de los militares que calificó de "golpistas".
La mayoría de diputados oficialistas, que domina en la Cámara venezolana, ha creado con sus votos una comisión especial para investigar al Poder Judicial, a raíz del fallo del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), que exoneró a los militares acusados de "rebelión" por el fallido golpe de Estado del pasado 11 de abril. Los principales acusados señalaron que su objetivo no fue derrocar al presidente, sino llenar el vacío de poder provocado por la renuncia del presidente.
El vicepresidente venezolano, José Vicente Rangel, declaró ayer que la respuesta popular a la convocatoria había superado "todas las expectativas" del Gobierno, que confiaba en congregar a unos 500.000 manifestantes.
A lo largo del recorrido, de unos 13 kilómetros de longitud, se fueron sumando más manifestantes a la movilización, caracterizada por el color rojo de las boinas que identifican al movimiento bolivariano que apoya al presidente Chávez, así como por la animación de grupos de tambores y de música folclórica.
Centenares de motoristas conocidos también como "vigilantes de la revolución", encabezaron la marcha en su largo recorrido por la ciudad.
Rangel, que se sumó a la marcha en una parte del recorrido, dijo que la masiva asistencia a la movilización era una prueba del "repudio absoluto" de la población a la "injusticia y al golpe" de Estado, que el pasado 11 abril depuso a Chávez durante 48 horas mientras se instaló un Gobierno transitorio encabezado por el presidente de la patronal Pedro Carmona, que se ha exiliado en Colombia después de pasar varios días bajo arresto domiciliario.
"Retamos a la oposición a que haga una marcha como ésta, la más impresionante que ha tenido Caracas. Que marchen sin que tengan una carta en la manga: la carta del golpe", declaró el vicepresidente Rangel.
Palacio presidencial
El derrocamiento de Chávez estuvo precedido por la muerte de al menos 18 personas en las cercanías del palacio presidencial de Miraflores, cuando una multitudinaria marcha de la oposición intentaba llegar a la sede del Ejecutivo. Las muertes de los manifestantes, tanto de miembros de la oposición como de simpatizantes de Chávez, se debieron a los disparos de francotiradores y pistoleros aún no identificados por las autoridades.
El alcalde del municipio caraqueño de Chacao, el dirigente de la oposición Leopoldo López, dijo ayer que entre "30.000 a 50.000" manifestantes habían pasado "sin novedad" por ese barrio acomodado de Caracas, aunque denunció que los chavistas gritaron "insultos" contra a la policía local y "rayaron todas las paredes" de una avenida.
Sociedad dividida
La manifestación de ayer confirma que la sociedad civil venezolana se halla cada vez más dividida entre partidarios y detractores del presidente Hugo Chávez. Una encuesta de la compañía Consultores 21 publicada ayer por el El Nacional explica el enfrentamiento. En el país "se regresa a una situación similar a la registrada antes del paro del 10 de diciembre de 2001, con una proporción de aproximadamente 60% frente a 40% a favor de las posturas anti Chávez", señala el análisis del diario de Caracas. El periódico precisa que, según los investigadores, "la composición social (de los dos grupos enfrentados) es muy similar, hecho que sugiere que no se trata de un enfrentamiento de los que tienen contra los que no tienen".
El estudio demóscopico, efectuado entre los pasado 28 de junio y 8 de julio en ciudades venezolanas de más de 20.000 habitantes, precisa que el presidente Chávez ha perdido la mitad del índice de popularidad que tenía al comienzo de su mandato. Así, en enero de 1999 su tasa de popularidad llegaba al 80% frente al 40% actual.
Y sólo uno de cada cuatro venezolanos es capaz de calificar de manera abiertamente positiva, según la encuesta de El Nacional, la gestión de Chávez.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 25 de agosto de 2002