Unos desconocidos entraron en dos ocasiones la semana pasada en la sede de la campaña del partido socialdemócrata del canciller Gerhard Schröder, en un céntrico barrio de Berlín, llevándose consigo varios archivadores y un ordenador portátil, según informó ayer la revista Der Spiegel.
En el ordenador, supuestamente, se encontraba información confidencial sobre los mítines previstos por Schröder y otros políticos del SPD, así como las medidas de seguridad adoptadas. Según investigaciones preliminares de la policía, los robos no tienen trasfondo político. Un responsable del partido declaró a Der Spiegel que los ladrones "buscaban informaciones precisas". La revista señala que, cuando los intrusos entraron en la noche del miércoles al jueves, consultaron algunos archivos, mientras que otros fueron robados.
Este extraño suceso fue conocido un día antes de que se produzca un duelo televisivo sin precedentes en la historia alemana, entre el canciller, Gerhard Schröder, y su contendiente conservador en las elecciones del 22 de septiembre, Edmund Stoiber, que por vez primera medirán hoy en directo la fuerza de sus argumentos ante millones de espectadores y potenciales votantes. En vísperas del debate, que durará 75 minutos y será emitido por las dos cadenas líderes de la televisión privada, RTL y SAT1, ambos políticos intentaron restar importancia a las posibles repercusiones del duelo.
"Nadie en su sano juicio sacará conclusiones sobre la capacidad de gobernar de los involucrados en base a la agilidad verbal y mental demostrada a un ritmo de 90 segundos", declaró Schröder, en referencia a que ambos políticos sólo contarán con este tiempo para contestar a las preguntas de los dos moderadores estrella de ambas cadenas de televisión. También Stoiber afirmó que no se ha de exagerar la importancia del lance.
Intención de voto
Los electores confían mucho más en Schröder que en Stoiber, sin que ello se refleje en la intención de voto a favor de los correspondientes partidos, según volvieron a confirmar el viernes diversos sondeos, uno de los cuales otorgó 19 puntos de ventaja al canciller socialdemócrata sobre el primer ministro bávaro en materia de capacidad de liderazgo y popularidad.
Al menos antes de los duelos televisivos, sin embargo, estas encuestas rara vez han repercutido en la relación de fuerzas política. En Alemania, la elección del canciller no es directa, sino que corresponde a la Cámara baja del Parlamento, el Bundestag.
En un rifirrafe previo, Stoiber tácitamente admitió ayer que su contrincante se ha batido bien en la gestión de la emergencia de las riadas, pero agregó que ha fracasado rotundamente en la lucha contra la "segunda catástrofe nacional, el paro". Schröder, en otra entrevista, cargó las tintas en las competencias medioambientales de su Gobierno al afirmar que el tema del "desarrollo sostenible" no desaparecerá de la cabeza de la gente una vez que las crecidas de los ríos hayan bajado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 25 de agosto de 2002