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CARTAS AL DIRECTOR

Recursos contra incendios forestales

A pocos se les escapa que cada vez los incendios forestales en España son menos extensos. La razón es muy sencilla y poco tiene que ver con el número de incendios anuales, se debe esencialmente a que las manchas arbóreas en la Península cada vez son menores. Quedan menos extensiones de bosques susceptibles de quemarse o de ser quemadas. Aunque parezca paradójico, por desgracia cada vez hay menos monte quemado porque cada vez hay menos bosques.

Lo que es llamativo es ver los diferentes esfuerzos empleados por las diferentes administraciones públicas, bien sea autonómica o central. En el primer fin de semana de agosto asistí en la Comunidad de Madrid, en el término municipal de Alpedrete, a un incendio de una extensión de no más de 50 hectáreas con un despliegue de medios digno de cualquier rodaje hollywoodiense, varias dotaciones de bomberos, voluntarios impolutos y un apoyo aéreo -sin duda, lo más contundente contra el fuego- de cinco helicópteros, cinco. Algo extraordinario.

Sin embargo, en Extremadura, acaso una de las regiones europeas con mayor riqueza faunística y arbórea, nos permitimos incendios como el de este fin de semana en la región de Las Hurdes, donde se quemaron más de 2.600 hectáreas de arbolado, y con sólo un helicóptero, uno. Muchos son los que se preguntan qué cabeza pensante distribuye los recursos contra los incendios forestales en España, y muchos los que creemos que en esto, como en la defensa de la naturaleza, en general no existen fronteras, ni autonómicas ni nacionales.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 25 de agosto de 2002