'¿Qué significa este monumento con personas con los brazos en alto? No importa, me apunto'. Aquellos que visiten estos días Montjuïc y pasen por el Monumento a la Sardana (Josep Cañas, 1966) se encontrarán con que a dos de sus personajes les falta una parte de su cuerpo que, junto con los pies, es esencial para bailar la danza típica de Cataluña. Lo que los turistas a lo mejor no saben es que el hueco entre dos de sus personajes no se debe a un capricho del autor ni a un requerimiento de la obra sino al vandalismo y la dejadez que afecta a buena parte de la montaña de Montjuïc. Aunque tampoco parece importarles mucho. A pesar de la pésima imagen que muestra el monumento, los turistas continúan fotografiándose. '¿Es algo típico de Barcelona, no?
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 26 de agosto de 2002