Hace 20 años, la plaza de Gomila (arriba, en una foto de 1978), reinaba como el gran centro de la vida nocturna de la capital balear. Hoy se ha convertido en una ruina sin lugar en las guías, mientras bares como el del Palau Solleric han tomado el relevo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 26 de agosto de 2002