Tres noticias que aparecen en EL PAÍS del día 22 de agosto me descolocan, aunque ya uno cree saber por dónde pueden ir los asuntos de este mundo.
1. Aznar no tiene cabida en su agenda para asistir a la Cumbre de Johanesburgo, y mira que se sabe de hace tiempo las fechas de dicha cumbre. Y supongo, por no pensar mal, que en su agenda tiene cosas más importantes que ir a dar la cara para que este planeta no se siga degradando. Él tiene el 'poder', que le ha sido otorgado en las urnas para ello, y después caigo... claro, no va el Gran Jefe Blanco, no podrán tomarse un whisky, con las piernas estiradas encima de una mesilla y hacer los comentarios deportivos que ya se saben. ¡Una lástima!
2. Como en otras partes del mundo -Chile, Uruguay, Venezuela, por nombrar algunos-, se ha sabido siempre que EE UU estaba detrás de los golpes de Estado y tenía información puntual del desarrollo de la represión, de las torturas y de las muertes de miles de personas que no eran adeptas a los regímenes militares sostenidos por Estados Unidos. No es un consuelo saber que ellos sabían. El desconsuelo es saber que todo seguirá igual, y, si ellos quieren, peor aún, porque hoy la represión es global. ¡Bienvenido, Mr. Marshall!
3. Las eléctricas subirán los precios. Esto sólo cabe en un país en donde el Gobierno no es Gobierno, sino títere de las grandes empresas. Es una confirmación más del poder de éstas, que imponen sus precios. La electricidad es un bien de primera necesidad, y más en un país que se dice que no es del Tercer Mundo. Por lo mismo, como mínimo, el IVA de la facturación debiera ser el reducido que contempla la ley para esos artículos, y no el 16%. Además del mal servicio de las eléctricas, de los apagones continuos, de las disculpas inocentes, todo hace pensar que sólo se va detrás del beneficio a toda costa: debieran investigar las contabilidades de estas empresas, que seguro tienen trabajando a expertos en contabilidades creativas.
¿Verdad que es así como las llaman ahora?
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 26 de agosto de 2002