Luis Aragonés (Madrid, 1938), vestido con una camisa de cuadros abultada por el eterno paquete de cigarrillos Marlboro en el bolsillo, espera sentado en uno de los aparatos del gimnasio de la ciudad deportiva de Majadahonda y abriendo los brazos invita a preguntar sobre los interrogantes que despierta su nuevo Atlético de Primera. Los rojiblancos afrontan hoy, en su Trofeo Villa de Madrid, ante el Chievo de Verona, el ensayo general con vistas al estreno liguero, el día 1, en el Camp Nou, con el Barça como rival.
Pregunta. La pretemporada se acaba. ¿Está el equipo como usted esperaba?
Respuesta. Estamos como queríamos estar. No al ciento por ciento, desde luego, porque eso es imposible a estas alturas. Pero es hablar por hablar. Lo bien o mal que estemos ya se verá en el campo.
P. ¿Está ya definido el once que jugará en la primera jornada en el Camp Nou?
R. En mi vida he tenido un cuadro titular. Tengo una plantilla de veintitantos jugadores.
P. La defensa no ha estado muy sólida durante los partidos de preparación...
R. Me preocupan muchas cosas del equipo, no sólo los desajustes defensivos, que, más o menos, son normales en la pretemporada. Me preocupa, por ejemplo, la impresionante facilidad con la que perdemos la pelota.
P. ¿Le preocupa el Barcelona?
R. No. Nuestros rivales no son el Barça, el Madrid, el Deportivo o el Valencia.
P. Entonces, ¿qué expectativas tienen?
R. Tenemos que pagar, como todo el mundo, el haber estado dos años en Segunda. Estoy cansado de repetirlo. Así que nuestro objetivo es la permanencia, aunque sin renunciar a otras cosas. Pero en principio, la permanencia.
P. ¿Tanto pesa venir de una categoría inferior?
R. Pesa el aspecto psicológico y pesa todo... Son muchos jugadores nuevos, que hay que acoplar, por ejemplo, y en eso se tarda, se requiere bastante tiempo.
P. Pero eso también les pasa a otros equipos de Primera. ¿Tanto afecta?
R. Entre otras cosas, hay que conseguir que la gente nueva se involucre en el proyecto.
P. Usted vuelve a una división en la que tiene el récord de partidos, 687, dirigidos.
R. Eso lo único que me recuerda es que tengo bastantes años.
P. Pero ahora está en uno de los mejores momentos de su carrera...
R. No. Los entrenadores no tenemos momentos buenos y momentos malos. Sólo tenemos más o menos experiencia. Dependemos siempre de los resultados.
P. ¿Qué es lo mejor y lo peor de su profesión?
R. Lo mejor es la suerte de trabajar al aire libre y con gente joven. Lo peor, la soledad: el técnico siempre convive con su propia soledad.
P. Se dice que usted es el hombre que mejor representa la filosofía del Atlético.
R. No cabe duda de que en el Atlético he ganado cosas como jugador y he estado muchos años y por eso le estoy agradecido, igual que lo estoy a los otros conjuntos en los que he estado. Eso también me lo han dicho en otros clubes.
P. Algo especial tendrá el Atlético para usted.
R. Evidentemente, el tiempo me ha hecho querer cada vez más a la institución.
P. ¿Por qué todos los jugadores hablan bien de Luis?
R. Hay que saber llevar a un grupo, eso es fundamental: conocer al futbolista, saberle llevar... A veces hay que darles un caramelo y otras un palo.
P. ¿En qué ha cambiado el fútbol español en los últimos 40 años?
R. En esencia, es igual que hace 40 años. Lo que ha cambiado es la gente. Ha venido gente del mundo de la empresa, gente que no sabe nada de fútbol.
P. Y, ante eso, ¿qué se puede hacer?
R. Sólo tienes una solución: adaptarte a ellos, claro.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 27 de agosto de 2002