Las colas de inmigrantes en los últimos días ante la central de Correos de Barcelona por un falso rumor de regularización son, según los sindicatos y ONG, un montaje de grupos mafiosos que se aprovechan de la desesperación de los sin papeles para hacer negocio. SOS Racismo y UGT culparon al Gobierno de abonar el terreno para que surjan estas mafias y los rumores 'al dejar indefensos a los extranjeros cerrándoles todas las puertas'.
Jesús Husillos, responsable de migraciones de UGT, considera que 'si la Administración cumpliera con su deber de atender e informar a los inmigrantes no se habría llegado a esta situación'. 'La Oficina de Extranjería no acepta las solicitudes de regularización y el teléfono de información no funciona correctamente; esto comporta que los inmigrantes se acojan a cualquier rumor o falsa promesa con la esperanza de conseguir papeles'. Husillos también denunció que grupos mafiosos están aprovechando para hacer negocio el rumor de que los inmigrantes podrán regularizarse si envían su solicitud desde la oficina central de Correos. Según UGT, algunos grupos están vendiendo falsas copias de formularios para solicitar la residencia a siete euros la unidad. Ghassan Saliba, de Comisiones Obreras, también denunció ayer que en el exterior de la central de Correos se están vendiendo los sobres oficiales de la empresa postal por un precio de tres euros la unidad. En los estancos cuestan 50 céntimos. La policía no actúa porque considera que estas transacciones son legales.
A pesar de todo, los inmigrantes, desinformados, continuaban llegando ayer a Correos con la esperanza de regularizarse lo antes posible. Diez ventanillas atendían a estos inmigrantes que deseaban enviar su solicitud de residencia por correo certificado.
Sus posibilidades de regularización son prácticamente nulas, ya que el Gobierno anuló el pasado mes de enero la vía ordinaria de regularización, la que utilizaban los inmigrantes residentes en España que conseguían una oferta de trabajo. Pese a ello, SOS Racismo recordó ayer que 'el Gobierno no está consiguiendo parar la inmigración; únicamente logra dejarla indefensa'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 28 de agosto de 2002