Ian Brackenbury, ciudadano británico nacido en 1932, ostenta uno de los puestos más pintorescos del mundo: el de mago oficial de Nueva Zelanda. El cargo le fue conferido en 1990 por el entonces primer ministro, Mike Moore, y desde entonces se encarga de tareas tan peculiares como celebrar la danza de la lluvia cuando amenaza la pertinaz sequía o impartir cursos de artes místicas. Pero Brackenbury, que ha cumplido ya 70 años, se va a jubilar, y busca a alguien que pueda sustituirlo en tan delicada labor, según la cadena británica BBC. El mago se dedicará a partir de ahora 'a llevar una vida normal', que, suponemos, incluirá pagar sus impuetos, deber del que hasta ahora estaba exonerado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 28 de agosto de 2002