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BALONCESTO | Comienza en Indianápolis el Mundial

Un rival damnificado por la NBA

La FIBA adoptó en 1988 la histórica decisión de abrir los grandes torneos a los profesionales, es decir a los jugadores de la NBA, puesto que, por entonces y en un descarado ejercicio de cinismo, no se entendía como tales a los europeos pese a que ya cobraban sumas más que respetables.

El malogrado Petrovic fue el primer NBA beneficiado y ganó el oro con Yugoslavia en el Mundial de Argentina 90. Estados Unidos compitió con universitarios -Mourning, Laettner, Anderson...- y sólo fue tercero. Luego, en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, sí fue representado ya por un equipo de la NBA, el inolvidable Dream Team. Pero en la competición que empieza hoy se está dejando sentir tanto el desgobierno de la FIBA -el yugoslavo Boris Stankovic, su presidente por decenios, ha sido sustituido por el suizo Patrick Baumann- como la falta de un criterio unificado en la NBA respecto a qué jugadores pueden intervenir en las grandes citas.

En el equipo estadounidense no hay reglas y muchos jugadores renuncian sin problemas a ser seleccionados. Pero a ese desbarajuste se ha unido la presión de algunos de los propietarios de los clubes para que los suyos no sufran este desgaste o puedan lesionarse como, por ejemplo, Raúl López. Mark Cuban, el joven y controvertido millonario dueño de los Mavericks de Dallas, ha sido uno de los que más se han significado. Al final, no ha podido evitar que Alemania, previo pago de un seguro por 22.000 euros, pueda contar con Nowitzki, pero le ha privado de Bradley.

Con todo, el principal perjudicado ha sido Canadá, el primer rival de España. No podrá contar con su gran estrella, Nash. 'No quiero pensar qué pasaría si me lesiono. Entonces sí que Cuban no me dejaría ir a los Juegos de 2004', exclamó hace unas semanas, cuando renunció a representar a su país. Lo que a él les ha pasado a otros.

Nash es el base que catalizó el juego de la Canadá que derrotó a España (91-77) en los Juegos de Sydney 2000. Dos de los verdugos de entonces, Meeks y Barrett, vuelven a presentarse como lo más interesante de una selección que tampoco cuenta con MacCulloch (Nets de Nueva Jersey), Magloi-re (Hornets de Charlotte) y Fox (Lakers de Los Ángeles). Pese a ello, los informes apuntan a un quinteto atlético; atípico, con pívots que salen a tirar desde fuera, y con un esquema que va mucho de cara al aro, que juega de fuera a dentro.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 29 de agosto de 2002