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Le Pen califica de "democracia totalitaria" la reforma electoral francesa

A sus 74 años, Jean-Marie Le Pen sigue rechazando la idea de necesitar un sucesor. '¿Por qué no puedo seguir al frente del Frente Nacional durante cinco o 15 años? Si no me equivoco, Matusalén murió con 900 años', respondió riendo a un periodista que se interesaba por quién puede reemplazarle como líder de la organización ultraderechista francesa.

Le Pen ha reunido sus tropas al pie de los Alpes, en Annecy, una ciudad cuyo alcalde quiso prohibirle este congreso veraniego. El Consejo de Estado, en nombre de la 'libertad de reunión' y tras recordar que el FN es 'un partido político legalmente constituido', ha desautorizado al alcalde.

'Raffarin intenta crear una democracia totalitaria', dijo Le Pen en su primer ataque contra el actual Gobierno conservador. 'Nosotros somos víctimas de un caso de apartheid político: con más de seis millones de votos no tenemos derecho a representación parlamentaria'. El dirigente del FN considera que Raffarin quiere cambiar el modo de escrutinio electoral y favorecer aún más a las grandes formaciones, por dos razones: 'Primero, porque quieren desmantelar la unidad de Francia para adaptar el país al esquema europeo, lo que complace a esos nuevos duques que son los presidentes de las regiones; segundo, es un gesto cínico destinado a reducir o a suprimir la representación democrática del Frente Nacional'. El FN tiene consejeros en las regiones, en varios ayuntamientos y diputados en el Parlamento Europeo.

Sucesión aplazada

El Frente Nacional será dirigido en las elecciones europeas y regionales de 2004 por Le Pen, que anuncia que desearía celebrar un Congreso del partido durante la primavera de 2003. La vigilia electoral le permitirá retrasar la toma de cualquier decisión respecto a su sucesor. 'Bruno Gollnisch [el actual número dos del FN] goza de toda mi confianza y es una persona competente para dirigir el movimiento si a mí me impidieran hacerlo', dijo Le Pen que, en el fondo, confía en que el presidente francés Jacques Chirac no llegue 'al final de su mandato porque ya ha empezado a traicionar sus promesas electorales'.

El gran problema que Le Pen parece querer afrontar ahora es el de la falta de credibilidad de su partido como formación de gobierno. La escisión vivida en 1999 y encabezada por Bruno Mégret apenas ha afectado a las bases electorales del Frente Nacional pero dejó el partido falto de dirigentes competentes. El casi 18% de votos obtenido este año por Le Pen en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales no tuvo eco en las legislativas de un mes después, cuando el FN se quedó en un 11,3%, cuatro puntos y medio por debajo de su resultado en 1997. La reunión de Annecy, que se cerrará mañana, debe poner las bases de un nuevo programa electoral.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 29 de agosto de 2002