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Cinco árabes y un americano, acusados de terrorismo

Detroit / Seattle

Las autoridades de Estados Unidos acusaron formalmente ayer de terrorismo a seis personas. Cinco de ellas, de origen árabe, son sospechosas de pertenecer a una célula que "planificaba y apoyaba futuras acciones terroristas en el interior de Estados Unidos y en el extranjero", según el acta hecha pública por un juzgado de Detroit (Michigan). La cadena de televisión CNN mencionó un sexto acusado, el estadounidense James Ujaama, implicado, según el gran jurado que presentó los cargos en Seattle (Washington), en establecer un campo de entrenamiento para militantes de Al Qaeda en Oregón.

Los acusados de Detroit, uno de los cuales se halla en paradero desconocido, están vinculados al grupo Salafiyya que el acta de acusación relaciona con el "frente mundial para la Jihad contra los Judíos y los Cruzados" que lanzó Osama Bin Laden en 1998. El documento no establece sin embargo relación alguna entre esta célula y los atentados del 11 de septiembre. Aun así cuatro de los cinco sospechosos que se encuentran detenidos, lo fueron hace varios meses a raíz de la investigación que se lanzó por aquellos ataques terroristas.

Por otra parte, tras meses de frustración, los altos mandos militares estadounidenses parecen haber concluido que Bin Laden sigue vivo y se estaría refugiando en una franja de unos 400 kilómetros de largo en la zona montañosa que separa Afganistán de Pakistán, según informaba ayer el diario The New York Times. El Departamento de Estado calificó la información de "especulación".

En Alemania, un marroquí fue inculpado por su participación en los ataques terroristas del 11-S. Munir el Motassadek, que admitió conocer a dos de los pilotos suicidas que se estrellaron contra las Torres Gemelas, fue detenido el pasado noviembre en Hamburgo y ha estado en prisión desde entonces.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 29 de agosto de 2002