¿Alguien en este país se ha parado a pensar en el problema tan enorme que supone alquilar o comprar un piso, bien sea un joven o una persona que recibe un salario medio, que es el 90% de la población?
¿No es vergonzoso que tan sólo un político se dignara a hablar del tema en el pasado debate sobre el Estado de la Nación?
Es gracioso observar en los medios de comunicación las críticas que se originan en cuanto sube la electricidad, el teléfono, etcétera, y, estando totalmente de acuerdo, ¿cómo no estarlo? por el abuso injustificado, ¿cómo no se critica el mayor de los abusos que es el precio de los pisos? ¿Y qué hacen los ciudadanos?: resignación y a pagar créditos que hipotecan su vida.
Si por otras cosas somos capaces de movilizarnos, ¿por qué no hacerlo contra estos precios abusivos exigiendo al Gobierno una prioridad en este tema?
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 30 de agosto de 2002