Si Pasqual Maragall gana las próximas elecciones autonómicas catalanas, al PSC le gustaría poder formar gobierno en solitario, aunque estuviera en minoría en el Parlament, explicó ayer el primer secretario de los socialistas catalanes, José Montilla. En una entrevista por la radio de la Generalitat, Montilla argumentó que si Jordi Pujol lleva siete años de gobierno en minoría en el Parlament, por qué no iba a hacerlo el PSC.
Este deseo de Montilla desdice, sin embargo, las reiteradas apuestas de Maragall para presentarse como líder del conjunto de la izquierda catalana y sus esfuerzos para soldar un bloque progresista que apueste conjuntamente por el cambio en el Gobierno de la Generalitat.
Montilla dijo que le haría 'ilusión' formar un gobierno socialista monocolor, en lo que tiene todos los visos de ser una advertencia a la dubitativa posición de Esquerra Republicana (ERC), que tan pronto parece desear la formación en la próxima legislatura autonómica de un gobierno de izquierdas como la continuación del gobierno nacionalista. Con el objetivo de marcar distancias con los socialistas, la dirección del partido republicano debatirá el próximo martes si abandona la Entesa Catalana de Progrés, el grupo parlamentario formado por el PSC, ERC e Iniciativa Verds en el Senado, que hasta ahora es la única plataforma conjunta de la izquierda catalana.
A las amenazas de los republicanos de abandonar la Entesa a causa de la disparidad de posiciones con los socialistas en la ilegalización de Batasuna, el PSC ha respondido indicándoles que nada les impide abandonarla si eso es lo que quieren. Montilla sostuvo que ERC tiene interés en romper la Entesa por motivos electorales y aseguró que las diferencias con los socialistas sobre la ilegalización de Batasuna son sólo una excusa que ERC cree oportuna.
Pero al mismo tiempo que recordaba que asuntos como el de Batasuna no forman parte del programa conjunto de la Entesa, Montilla mostró también su interés en ratificar la posición del PSC en él y defenderla como propia. Los diputados socialistas catalanes votaron a favor de la ilegalización de Batasuna, dijo, 'no por lealtad u obediencia al PSOE, sino por absoluta convicción'. Fue más allá e incluso se mostró convencido de que el ex ministro Ernest Lluch, asesinado por ETA hace casi dos años, 'habría compartido' esta decisión. También es cierto, dijo, que medidas como esta deben ir acompañadas de otras como el diálogo entre los gobiernos de Madrid y Vitoria.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 31 de agosto de 2002