Las autoridades europeas no están dipuesta a hacer leña del árbol caído. Máxime cuando ese árbol se llama Estados Unidos y es el principal socio comercial con el que cuenta la eurozona.
Por ello, las autoridades de Bruselas salieron inmediatamente al paso para quitar brillo a la batalla ganada por Europa y tender una mano al perdedor. La resolución de la Organización Mundial de Comercio (OMC) ha sido, finalmente, sorprendente para EE UU que esperaba como máximo una sanción de 900 millones de dólares como compensación al dinero que habían dejado de ganar las empresas europeas por las ayudas fiscales que su Administración facilitaba a grandes consorcios empresariales.
El comisario europeo de Relaciones Exteriores, Chris Patten, espera que la multa acordada por la OMC no afecte las relaciones entre Estados Unidos y la Unión Europea.
Patten que hizo estas declaraciones en una reunión informal de ministros de Asuntos Exteriores en Elsinor (Dinamarca) añadió que "queremos que todos los países respeten las reglas pero también deseamos minimizar las consecuencias con nuestro principal socio comercial, Estados Unidos".
En este sentido, Patten confía en que el comisario de Comercio, Pascal Lamy, encontrará una solución con su colega estadounidense, Bob Zoellick, al que le unen unas estrechas relaciones personales.
A Estados Unidos se le ha abierto un nuevo frente de conflicto que llevaba larvado cinco años cuando Bruselas denunció estas subvenciones.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 31 de agosto de 2002