Intimidación. Una parte significativa de media población atemorizada por una minoría agresiva de la otra media. Amenazas. Violencia en nombre de supuestos derechos tradicionales. Asesinatos. Víctimas inocentes. Comprensión de la actividad de los agresores por buena parte de su entorno, que les trata con benevolencia y permisividad. ¿Les suena?
Seguro que sí, pero, a partir de aquí, ya no: en lo que va de año, ¡sólo ocho meses!, ya ha habido 31 víctimas inocentes asesinadas, miles de maltratadas y ausencia de escoltas protectores. Hay alrededor de 25.000 denuncias anuales por malos tratos. Nada más y nada menos. Y eso es sólo la punta del iceberg. ¿Dónde están aquí los despliegues político, mediático, judicial, legislativo? ¿Dónde los acuerdos mayoritarios? ¿No hay aquí cómplices, silencios, miradas a otro lado? Señoras y señores, esto es terrorismo de género, pero no hay lista para incluirlo, ni medidas especiales para combatirlo.
O será quizás que la política, la comunicación, la judicatura y la legislación están en manos de la mitad de la población que no se siente agredida. Diferentes raseros.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 31 de agosto de 2002