Las guerras, el hambre, la necedad, la ignorancia, el fascismo, las enfermedades, la pobreza, la miseria, la especulación, el engaño, el dinero fácil, las drogas, la desesperanza, el chantaje, la traición, la explotación del ser humano, del inmigrante... El terrorismo, ETA, los que les apoyan... Personajes como Pinochet, Berlusconi, Bush, Aznar, Sadam, Bin Laden.... La quema de bosques, las industrias contaminantes, el cambio climático, la tortura de animales... La televisión basura, los culebrones, las canciones del verano, los programas amarillentos, los periódicos partidistas... Por esto y por miles de cosas más fáciles de imaginar, espero y deseo fervientemente que haya vida inteligente en otros planetas y que tenga la suerte de que me lleven, al menos como aprendiz.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 1 de septiembre de 2002