No hay mal que por bien no venga. La gran cantidad de lluvia caída este verano seguida del sol y las temperaturas moderadas de las últimas dos semanas han facilitado la temprana proliferación de níscalos, rossinyols, rebozuelos y toda clase de setas en una temporada que los boletaires auguran muy buena.
Los bosques de la vertiente norte de Cataluña, y especialmente los del Pirineo y el Montseny, están repletos de setas, para alegría de los aficionados a la micología, aunque el precio de venta en los mercados es todavía elevado, como es tradicional a comienzos de temporada. Ahora sólo falta que no desciendan las temperaturas y que el subsuelo retenga el agua durante toda la estación, que se puede prolongar prácticamente hasta diciembre.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 2 de septiembre de 2002