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Marruecos pretende que Palacio y Benaissa hablen sobre Ceuta y Melilla

Madrid y Rabat no logran fijar fecha para la cita de sus ministros de Exteriores

La diplomacia española y la marroquí no han logrado fijar todavía la fecha de la reunión que este mes deben celebrar los ministros de Asuntos Exteriores, Ana Palacio y Mohamed Benaissa, respectivamente. Marruecos afirma que si no se aborda la cuestión de Ceuta y Melilla la cita está condenada al fracaso.

El encuentro fue apalabrado en julio para tratar de superar la crisis bilateral. Palacio y Benaissa acordaron verse en Madrid durante septiembre para discutir los contenciosos entre España y Marruecos y, según fuentes españolas, anunciar el regreso de los embajadores, ahora llamados a consultas.

Benaissa sugirió el pasado viernes la última semana del citado mes, casi coincidiendo con las elecciones generales que tendrán lugar en Marruecos el 27. La diplomacia española modificará la agenda de la ministra para poder aceptar.

Si, al final, fijan una fecha, sólo habrá sido resuelto un primer escollo. Benaissa desea que el encuentro sea precedido por una reunión de altos funcionarios para establecer la lista de temas a tratar. Aunque no se lo ha comunicado formalmente a su homóloga española, el ministro marroquí quiere incluir en el orden del día la situación jurídica de Ceuta y Melilla, según la prensa de Casablanca.

Mientras Benaissa denunciaba la "ocupación" de ambas ciudades en declaraciones a lo largo del verano, las autoridades españolas reiteraban que en ningún caso se abordará el asunto en la futura reunión. "Es inaceptable para Marruecos", recalcaba, el jueves Al Ittihad Al Ichtiraki, el diario que dirige el primer ministro, Abderramán Yussufi. "Tales declaraciones [de las autoridades españolas] condenan de antemano al fracaso el encuentro entre Benaissa y Palacio".

Para sortear el obstáculo que suponen las ciudades autónomas, ambas delegaciones pueden pactar acudir a la cita de Madrid con un temario abierto, lo que permitiría a los marroquíes sacar a relucir su reivindicación sobre Ceuta y Melilla y a los españoles hacer oídos sordos.

"Cada uno tendría así las espaldas cubiertas de cara a su opinión pública", señala un diplomático español. "Después de todo, los monarcas marroquíes se han referido en más de una ocasión a sus pretensiones sobre las dos ciudades ante huéspedes españoles sin que nadie se haya rasgado las vestiduras".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 2 de septiembre de 2002