Según se ha podido leer en las ediciones de EL PAÍS de los días 10 y 11 de agosto sobre las causas del incendio producido en Patones, quiero puntualizar lo siguiente. No es cierto que tengan escaso valor ecológico las hectáreas devastadas por el fuego, como afirma el director de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid, don Federico Sepúlveda.
Según se puede comprobar por los vecinos del municipio, sí tienen valor ecológico todos los millones de enebros, almendros, viñedos, olivares y alcornoques devastados por el fuego, ¿o es que no son especies protegidas los enebros y los pinos que se han quemado?, ¿o es que sólo tienen valor ecológico los pinos que rodean la presa del Atazar? ¿No tienen valor ecológico la cantidad de perdices, conejos, búhos reales, águilas, etcétera, que han desaparecido en dicho fuego?.
Estoy convencido de que fueron declaraciones partidistas hechas a la ligera sin conocimiento de las pérdidas reales producidas. También quiero matizar las afirmaciones realizadas por el presidente de la Comunidad y el consejero de Medio Ambiente, que, por sus manifestaciones, siguen sin dar valor a lo devastado por el fuego.
Con el respeto que me merecen por el cargo que ocupan, les pregunto quién tiene que pagar los daños a los propietarios de los olivos, almendros y viñedos, así como a la Sociedad de Cazadores de Patones, por la cantidad de caza desaparecida.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 2 de septiembre de 2002