El incombustible José Luis Korta está a menos de un paso de alcanzar su decimotercera Bandera de La Concha como remero, patrón y preparador, todo un hito en la historia del remo. Tiene que mediar una catástrofe imprevisible para que la tripulación que dirige, La marinera de Castro, no revalide el título que guarda desde la pasada edición. Los cántabros dejaron ayer sentenciada la regata donostiarra, la más estimada del calendario, al obtener una ventaja apabullante sobre los vizcaínos de Urdaibai (a 23 segundos), los gallegos de Perillo (a 28 segundos) y Orio (a medio minuto).
Castro, con un registro de 19m 59,60s, ha dejado sin aliciente alguno la pelea por el triunfo para el próximo domingo. Haciendo honor al nombre de su embarcación, Castro navegó 'como los delfines', en palabras de Korta. En el largo de vuelta a la bahía, con el oleaje y el viento a favor, los cántabros marcaron 9m 21s, un registro incontestable.
Orio, uno de los favoritos, echó a pique todas sus opciones después de tener un rifirrafe en el agua con Pasai Donibane. Ambos clubes se acusaron de invadir la trayectoria del otro e impugnaron la regata, aunque los jueces desestimaron las demandas.
Decepcionó Astillero después de lograr el mejor crono en la clasificatoria del jueves y tendrá que disputar la tanda de consolación junto a Pasai Donibane, Hondarribia y Arraun-Santiagotarrak.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 2 de septiembre de 2002