El Jordi Pujol de profundas convicciones cristianas irrumpió ayer en una mesa redonda organizada por la Comunidad de San Egidio en Palermo. El presidente de la Generalitat criticó las presiones francesas -'en realidad un veto, porque eran minoría'-para que la futura Constitución europea no recoja referencias al cristianismo. 'Parece que todo el mundo tenga derechos, también los librepensadores, todos menos los cristianos', ironizó Pujol. Y a renglón seguido opinó que el cristianismo ha amparado el debate, lo que 'no sucede en otras religiones'. Cierto es que hasta finales del siglo XIX, con el pontificado de León XIII, no se abrió tímidamente la puerta a la separación entre Iglesia y Estado, pero el islam, a juicio de Pujol, está peor. 'Hay que respetar el pluralismo, pero querer equiparar 20 siglos de cristianismo y prácticamente toda la población europea con la presencia desde hace 20 años de una minoría musulmana de 10 o 12 millones no se aguanta', concluyó.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 3 de septiembre de 2002