En lo que va de año han muerto 50 mujeres a manos de hombres, 75 trabajadores en sus puestos de trabajo y 45 ancianas que vivían solas. Comprendo que los medios estén muy ocupados con el tema de la ilegalización de Batasuna, pero estas personas y sus familias también merecen una atención, un recuerdo y soluciones para que no les pase a otros. Hay vida más allá del problema terrorista.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 3 de septiembre de 2002